Su placa conmemorativa luce desde hace un par de días en pleno Mercado de Triana, y hoy os traemos una fotografía del puente de barcas, que precedía al Puente de Triana actual.
Casi todo el mundo conoce la existencia de este puente, que era de madera y estaba compuesto por barcas unidas en hilera unas tras otras, con una serie de paneles en la parte superior que permitía cruzarlo andando, pero pocos saben que ésta construcción es de origen medieval. Este puente de barcas sobre el río Guadalquivir fue desplazado de su lugar original para la construcción del Puente de Isabel II.
En esta vista desde Triana, que data de 1851, se puede observar la Catedral, la plaza de toros de la Maestranza (aún sin terminar) destacando sobre el tumulto de casas que componían la ciudad, pero el punto central de nuestro reportaje es el Puente de Barcas, que fue construido en 1171. Es importante saber que este tipo de puentes flotantes se utilizaba mucho en los siglos XIX y XX, pero que el trianero fue el primer y único puente durante casi siete siglos que existió sobre el Guadalquivir a su paso por Sevilla y servía de comunicación entre Sevilla, Triana y el Aljarafe.
Lo construyó el califa almohade Abu Yucub Yusuf, llegando a ser uno de los símbolos del periodo almohade, y estaba anexo al Castillo de San Jorge sujeto con dos grandes malecones, uno a cada orilla. Una característica clave de este tipo de puente es que es capaz de adaptarse a las subidas y bajadas de la marea, pero como punto negativo, no permite el paso de otras embarcaciones por debajo (como sucede con el resto de puentes) y que es necesario estar reconstruyéndolo cada cierto tiempo.
El puente era el límite de los buques para avanzar por el río. Más adelante, durante el Imperio Español y a causa del monopolio comercial de la ciudad con Las Indias, numerosos galeones se daban la vuelta en zonas cercanas al puente, produciéndose un trayecto en el río conocido como el Compás de las Naos.
La hermandad de La O fue en 1830, la primera hermandad de la Semana Santa sevillana de Triana que cruzó a Sevilla para hacer estación de penitencia a la Catedral.
El fin de este puente vino al iniciarse la construcción del Puente de Isabel II, en el mismo emplazamiento que ocupaba el puente de barcas. Este último fue trasladado aguas abajo, en una zona próxima al Muelle de la sal, frente a donde se encuentran hoy en día la Maestranza de Caballería y la Plaza de toros. Tras la inauguración del mencionado puente, y tras casi siete siglos de servicio, fue retirado en definitivamente en 1852.
Es una alternativa más barata que los sevillanos eligieron para poder cruzar de Sevilla a Triana, siendo éste el puente de barcas más conocido que ha existido. De hecho, aparece en muchas representaciones del Siglo de Oro que versan sobre la ciudad y forma parte ya de la imagen y el pasado de Sevilla y Triana.
Imagen de la Colección del duque de Sergorbe del Vizconde de Vigier ‘Vista de Sevilla desde Triana’ del libro ‘100 Fotografías que deberías conocer de Sevilla’ de la editorial Lunwerg.
Laura Liñán